La semana pasada tuve el privilegio de asistir a un taller impartido por dos personas muy especiales para mí, mi querido amigo Javier Barrera y su hija Natalia Barrera, llamado “Talentos y Fortalezas”. Este curso se apoya en el método CliftonStrengths, que nos ayuda a descubrir en qué áreas de nuestra vida brillamos con fuerza, en cuáles podemos crecer, y en cuáles, simplemente, no hemos sido configurados para destacar.
Cuando Javier me invitó, no lo dudé. Llevo un buen tiempo reflexionando sobre mis talentos, sobre quién soy en este preciso momento de mi vida. Déjame explicarte por qué esto resonó tanto en mí. Soy un artista, he dedicado mi vida entera a actuar, cantar, bailar en teatro, televisión y cine. Soy compositor, arreglista, director vocal, productor... básicamente, un creativo de las artes escénicas. Y aunque he sido bendecido con trabajos que amo, constantes y apasionantes, desde que entré en el "segundo acto" de mi vida, algo cambió. Mientras atravesábamos el 2020, empecé a cuestionarme profundamente. Surgieron preguntas que nunca antes me había hecho: ¿Qué otros talentos tengo además de los artísticos? ¿Para qué más soy bueno? ¿De qué otras formas puedo sumar al mundo más allá del arte? Y, claro, ¿cómo puedo generar más ingresos y diversificarme? Entonces, apareció Javier con esta invitación y, sin necesidad de persuasión, me sumé al taller para continuar mi viaje interno.
Como todo en la vida, llegué con ideas claras de lo que esperaba encontrar. Pero, como suele suceder, lo que obtuve fue algo completamente distinto, y superó por mucho cualquier expectativa que llevaba conmigo. Incluso, me permitió verme a mí mismo de una manera que no había imaginado.
No quiero arruinarte la sorpresa contándote cada detalle del taller, por si algún día decides tomarlo. Pero sí quiero compartir lo que descubrí y reafirmé sobre mí mismo. Mi idea inicial era descubrir talentos nuevos, algo que me permitiera abrir caminos inexplorados. Sin embargo, lo que encontré fueron los talentos que siempre he tenido, los que me han acompañado desde que nací. Algunos que a veces uso, a veces no, y otros que, sencillamente, no tengo. Me di cuenta de que, durante algún tiempo, había estado enfocando mi energía en lo que no tengo, tratando de desarrollarlo, cuando en realidad lo que más sentido tiene es potenciar lo que ya está en mí y llevarlo al máximo.
Y lo que no tengo... bueno, puedo trabajarlo un poco, pero también puedo apoyarme en quienes me rodean y tienen esas fortalezas para trabajar en equipo.
Déjame explicártelo con un ejemplo que seguramente vas a entender. Cuando era estudiante, mis calificaciones en biología eran mucho mejores que en matemáticas. Mi papá, como muchos padres, ponía todo su esfuerzo en enseñarme matemáticas para mejorar mi boleta. Y aunque aprendí, nunca logré ser el alumno que sacaba 100 en matemáticas. Mejoré, sí, pero mi potencial real estaba en biología. Así es con nuestros talentos innatos. Aquello con lo que nacemos puede ser potenciado, mientras que lo que no, tiene un límite. Entonces, ¿por qué no enfocar nuestros esfuerzos en eso en lo que naturalmente somos buenos, en lugar de gastar horas y horas en algo que, aunque mejoremos, nunca será nuestra verdadera fortaleza?
Una de las lecciones más poderosas que me llevé de este taller fue que no necesito nuevos talentos, sino redescubrir los que ya tengo y aprender a orientarlos de una forma diferente. Puedo crear mejores estrategias y colaboraciones con las personas a mi alrededor, tanto en mi vida personal como en la profesional, y con ello abrirme a nuevas aventuras.
Una vez más, llego a la conclusión de que poner nuestra atención en lo que sí tenemos y en lo que sí somos nos permitirá crecer de manera exponencial. Nos llevará, con trabajo constante, a lograr todo aquello que queremos lograr. No necesitamos buscar talentos nuevos para enfrentar nuevos retos, sino ser conscientes de nuestras fortalezas y utilizarlas de todas las formas posibles para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
La búsqueda no está afuera, siempre ha estado adentro.
Muy buen texto!